martes, 5 de junio de 2007

Dominaria XI: El Ciclo de Espejismo III

En nuestra octava entrega vimos cómo el plano de Rath se prepara para la invasión a Dominaria. Paralelamente, Dominaria asiste a una impresionante guerra entre los Keldon y la Alianza de tribus de Jamuraa. Seguimos ahora con nuestro salto al pasado en la historia para entender mejor sobre este extraño continente. El siguiente texto está traducido de la página de Wizards of the Coast, ya que todavía no salió ningún libro con la historia de Visiones.
Introducción
 De regreso en Jamuraa! Por casi un año, las naciones en conflicto en este continente tropical han luchado contra el malvado mago Kaervek, con trágicos resultados. Femeref ha caído, Suq'Ata ha cerrado sus fronteras; y Zhalfir es sobrepasada por sus propios refugiados y desafortunados huyendo de los mismos horrores que aterrorizaron a Femeref.
 Pero hay algo de luz en estos tiempos oscuros. Aunque una vez fue aliada de Kaervek, Jolrael se ha vuelto contra él. Ayudada por las secretas manipulaciones del caminante de planos Teferi, Jolrael espera poder guiar a los líderes de Jamuraa mediante una serie de visiones--sueños que ofrecen guía y fuerza a aquellos que tengan el valor de enfrentarse a Kaervek. Guiadas por sus visiones, Asmira y Rashida Matadragones construyen una fuerza de elite e intentan liberar al mago Mangara de su prisión mágica. Hakim Loreweaver y Sidar Jabari intentan contener las fuerzas de Kaervek los suficiente para que funcione el plan de Asmira.
 Acepta las Visiones. Se testigo de la batalla final por Jamuraa.
La guerra por Jamuraa ha durado casi un año.
 Femeref ha sido invadida. Suq'Ata ha cerrado sus fronteras. Los Zhalfirin son empujados por sus llanuras hacia el corazòn de su tierra. Por supuesto, Kaervek siente su victoria asegurada. Pero su aliada Jolrael duda. Originalmente, sólo deseaba prevenir que Mangara dominara Jamuraa, pero con el tiempo se ha comenzado a preguntar si su elección de aliados fue sabia - Kaervek parece querer exterminar a las tres naciones. Ha usado los palacios y criaturas de Jolrael como si fueran propios, y legiones de espíritus malignos rondan pro la tierra a su antojo. Jolrael ha intentado secretamente liberar a Mangara de la prisión de ambar donde está atrapado, pero fue detenida por hechizos colocados por Kaervek, una clara señal de que no confía en ella. Era sólo una cuestión de tiempo hasta que Kaervek descubriera su intento; Jolrael debe encontrar ayuda, y tiene que encontrarla ahora.
 Buscando por la tierra en forma espiritual, Jolrael descubrió una señal de energía de la isla que originalmente atrayera a Mangara y Kaervek a Jamuraa. Era el antiguo mago real Zhalfirin Teferi - un Caminante de Planos suficientemente poderoso como para aplastar a Kaervek. Mágicamente transportó su cuerpo a la isla, donde confesó a Teferi su participación en la invasión de Kaervek y suplicó la ayuda del Caminante de Planos. Teferi se negó a interceder: sus experimentos eran muy frágiles y si eran desatendidos podían amenazar a Jamuraa mucho más que los planes de Kaervek. En su lugar, se ofreció a guiar a los líderes de Jamuraa a través de sueños y visiones. Les mostraría la ubicación de Mangara y la clave para abrir su prisión de ambar. La tarea de Jolrael sería distraer a Kaervek, y para ello Teferi tenía lo que necesitaba. . .
Sueños de Victoria
 En semanas, Asmira, Rashida Matadragones, Sidar Jabari y Hakim Loreweaver se encontraron cerca de la capital de Zhalfir, Kipamu. Llevados por sueños, ninguno de ellos sabía por qué estaban allí - con excepción de la profeta Asmira. Ella les explicó que el destino los estaba llevando a rescatar a Mangara, quien estaba retenido en un ambar encantado en un palacio en lo profundo de la Jungla Mwonvuli. Las visiones de Asmira eran conocidas por su claridad y precisión; ella había sido la única persona que había previsto esta guerra, aunque sus advertencias fueron ignoradas.
 Para liberar a Mangara, el grupo debería distraer a Kaervek y sus tropas. Rashida formó una guardia de elite para la misión de rescate con Asmira como guía de la guardia, mientras Jabari y Hakim intentaban crear una distracción suficiente.
 La oportunidad se presentó cuando los ejércitos de Kaervek atacaron la frontera de la ciudad de Ufunguo en Zhalfir. El ataque arrasó la ciudad; sólo el sacrificio de Sidar Mwigo y sus tropas permitieron escapar a los habitantes. Guiado por un sueño, Jabari llevó a los sobrevivientes a Tefemburu, una ciudad ya peligrosamente superpoblada. Jabari sabía que pronto Kaervek enfocaría su atención en Tefemburu, dando una oportunidad a la guardia de elite de Rashida.
 Como Jabari esperaba, los ejércitos de muertos, espíritus caídos, bestias y dragones de Kaervek golpeaban a la puerta de la ciudad. Los atacantes fueron repelidos, y los voladores fueron derribados por arqueros, pero el número de enemigos garantizaba que la ciudad no sobreviviría una semana.
 Hakim mantenía alto el espíritu de los ciudadanos contando historias de antiguas maravillas; finalmente comenzó un nuevo relato, de cómo los habitantes de la ciudad escapaban al sitio - un cuento que ni siquiera él había escuchado antes, un cuento basado en un sueño. El cuento se convirtió en un hechizo que causó que todas las criaturas asediando la ciudad desaparecieran al atardecer. Hakim y Jabari ordenaron a la gente huir.
 En una apurada reunión, los magos de los gremios decidieron dejar Tefemburu con una trampa mágica. Al atardecer del día siguiente, los ejércitos de Kaervek reaparecieron. Ignorates de la evacuación, cargaron contra la ciudad buscando a la gente que debería estar allí. La trampa estallo - una esfera de enorme energía envolvió Tefemburu y explotó, destruyendo la ciudad y los ejércitos de Kaervek.
Visiones impactantes
 Kaervek despertó de una semana de observación de tierras distantes para una próxima conquista por el grito psíquico de la muerte de sus ejércitos. En pánico, invocó nuevos refuerzos con su poder remanente. Sabía que los habitantes de Tefemuru habían escapado a la explosión, pero no podía adivinar cómo, por lo que buscó mágicamente en Jamuraa. Encontró que la isla que lo había atraído a Jamuraa hacía dos siglos estaba nuevamente habitada, y supo que los recién llegados debían ser los responsables de su derrota. Juntó a sus fuerzas remanentes y a Jolrael y navegó hacia la isla de Teferi, dejando a Purraj y otros sicarios para vigilar a Mangara.
 El enfrentamiento con Teferi fue breve. El Caminante de Planos no se tomó mucho trabajo con el ejército de Kaervek, enviando a la mayoría de las fuerzas del malvado mago al fondo del océano. Durante la batalla, Jolrael se volvió contra Kaervek, dañando severamente al mago en una acalorada batalla arcana. La nave de Kaervek fue volcada por una ola gigantesca, pero uno de los dracos de Teferi recogió a la inconciente Jolrael de los restos.
 Kaervek logró arrastrase hasta la costa y de allí a los pantanos de Uuserk para obtener energía de su rico maná, pero se encontró con una gran ciudad flotante controlada por los Gremios de Magos de Shaper y Sombras. Los gremios habían creado esta ciudad, llamada Aku, como una tumba portátil para la nobleza de Zhalfir. Sintiendo la presencia de Kaervek, los guardianes de la ciudad asumieron que había venido a conquistar la ciudad, y se prepararon para luchar.
 Mientras tanto, Asmira, Rashida y la "Elite Matadragones" habían cabalgado hacia la jungla Mwonvuli, pero encuentros frecuentes con el enemigo había frenado su avance. Asmira temía que no pudieran llegar hasta Mangara antes del regreso de Kaervek. Pero la esperanza vino desde arriba - Sisay y su nave voladora, el Vientoligero, aterrizaron frente a ellos. Necesitando reparaciones tras un ataque de un dragón, Sisay sintió la extraña compulsión de encaminarse en esa dirección. El resto entendió, para sorpresa de Sisay.
El precio de la esperanza
 El Vientoligero alcanzó el palacio de Jolrael en menos de un día. La prisión de ambar estaba custodiada por Purraj y una variedad de criaturas, y la Elite las atacó. Asmira no podía romper la prisión, ya que había sido protegida con una Guarda de Reliquia. Rashida vió que ella y sus tropas estaban perdiendo, por lo que agarró una máscara de dragón que le otorgó fuerza y velocidad sobrehumana. Pudo derrotar las fuerzas de Kaervek en un rápido ataque antes de caer al suelo aturdida, horrorizada en lo que se había convertido para triunfar. La única sobreviviente fue Purraj, que saltó sobre Asmira. Asmira ignoró los golpes fatales hasta que logró completar el ritual con sus últimas palabras. Su sacrificio fue acompañado de un brillante halo de luz que rompió la prisión, liberando a Mangara.
 Mientras estaba atrapado, Mangara había continuado observando Jamuraa, por lo que se transportó mágicamente a las Ciénagas Uuserk para enfrentar a Kaervek, quien fue sorprendido. Los magos esgrimieron sus hechizos, pero la abundancia de maná negro en los alrededores le daban a Kaervek la ventaja. Los magos de Aku liberaron varios djinn para atacar a Kaervek, pero él obtuvo su control y los envió contra Mangara - exactamente lo que los magos esperaban, ya que los djinn permitirían a Mangara ganar fuerza de sus ataques. Mangara invocó una unidad de arqueros Quirion, que redujeron las fuerzas de Kaervek. Kaervek fue derribado por la primera flecha; antes que se recuperara, Mangara atrapó al mago y lo encerró en la Prisión de Ambar. En todo Jamuraa, las fuerzas combinadas de Jabari y Rashida empujaron a los aliados remanentes de Kaervek hacia las montañas. Sintiendo la derrota, los Viashino y sus dragones regresaron al Gran Desierto.
 Con Kaervek desaparecido, sus fuerzas remanentes se escondieron. Mangara reconstruyó Zhalfir y Femeref, ayudado por la nueva confianza entre ambos países. Suq'Ata pareciera estar igual, excepto por la presencia de los Robaalientos.
 La martir Asmira es ahora honrada con el título de "Vengador Sagrado". Se cree que Purraj murión en la explosión que liberó a Mangara, pero no se encontró nunca un cuerpo. Jolrael regresó a Mwonvuli, con los animales como única compañía y la visita ocasional de Teferi. Jamuraa sigue adelante, pero la influencia corrupta de las Islas Ardientes continúa. La gente está viendo el amanecer de una nueva era, pero las sombras en su interior serán aún más oscuras.
En nuestra próxima entrega, conociendo ahora la historia de Jamuraa, volvemos allí pero unos cuantos años en el futuro, cuando los Keldon la invaden, y las tribus de Jamuraa resisten con la asistencia de Barrin, Rayne y varios estudiantes de la Academia Tolariana. ¿Cuánto de la Profecía Keldon será cierta?

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